Autogesti贸n conductual

El proceso de autorregulaci贸n
En el BSM subyace la firme creencia de que los individuos son capaces de autocontrolarse; si quieren cambiar su comportamiento (ya sea llegar a tiempo al trabajo, dejar de fumar, perder peso, etc.), es posible a trav茅s de un proceso llamado autorregulaci贸n, como se muestra en la ilustraci贸n 4.10.19 Seg煤n el modelo, las personas tienden a realizar sus actividades diarias de forma bastante rutinaria hasta que ocurre algo inusual o inesperado. En ese momento, la persona inicia el proceso de autorregulaci贸n mediante la autovigilancia (fase 1). En esta fase, la persona intenta identificar el problema. Por ejemplo, si su supervisor le dijera que su elecci贸n de ropa no es adecuada para la oficina, lo m谩s probable es que centrara su atenci贸n en su ropa.

A continuaci贸n, en la Etapa 2, o autoevaluaci贸n, te plantear铆as lo que deber铆as llevar puesto. Aqu铆 comparar铆as lo que llevas puesto con los est谩ndares aceptables que has aprendido de tus colegas, de otros modelos de conducta relevantes y de la publicidad, por ejemplo. Por 煤ltimo, tras evaluar la situaci贸n y tomar medidas correctivas si fuera necesario, te asegurar铆as a ti mismo que la influencia perturbadora ha pasado y que todo va bien. Esta fase (Etapa 3) se denomina autorrefuerzo. Ahora puedes volver a tu rutina normal. Este proceso de autorregulaci贸n constituye la base del BSM.

La autogesti贸n en la pr谩ctica
Cuando combinamos el modelo de autorregulaci贸n anterior con la teor铆a del aprendizaje social (analizada anteriormente), podemos ver c贸mo funciona el proceso de autogesti贸n. Como se muestra en la ilustraci贸n 4.11, hay que tener en cuenta cuatro factores interactivos. Estos son las se帽ales situacionales, la persona, los comportamientos y las consecuencias.20 (Observe que las flechas de este diagrama van en ambas direcciones para reflejar el proceso bidireccional entre estos cuatro factores).

Se帽ales situacionales. Al intentar cambiar cualquier comportamiento, las personas responden a las se帽ales que las rodean. Una de las razones por las que a algunas personas les resulta tan dif铆cil dejar de fumar es el bombardeo constante de anuncios en vallas publicitarias, revistas, etc茅tera. Hay demasiadas se帽ales que recuerdan a la gente que debe fumar. Sin embargo, las se帽ales situacionales pueden convertirse en una ventaja cuando se utiliza el BSM. Es decir, mediante el uso de seis tipos de se帽ales (que se muestran en la ilustraci贸n 4.11, columna 1), las personas pueden establecer una serie de recordatorios positivos y objetivos relativos a los comportamientos deseados. Estos recordatorios sirven para centrar nuestra atenci贸n en lo que intentamos conseguir. Por lo tanto, una persona que intenta dejar de fumar (1) evitar铆a cualquier contacto con fumadores o anuncios de tabaco, (2) buscar铆a informaci贸n sobre los peligros de fumar, (3) se fijar铆a el objetivo personal de dejar de fumar y (4) llevar铆a un registro del consumo de cigarrillos. El objetivo de estas actividades es proporcionar las se帽ales situacionales adecuadas para guiar el comportamiento.

Apoyos cognitivos. A continuaci贸n, la persona recurre a tres tipos de apoyo cognitivo para ayudarle en el proceso de autogesti贸n. Los apoyos cognitivos representan se帽ales psicol贸gicas (en contraposici贸n a las ambientales). Se pueden identificar tres de estos apoyos:

Codificaci贸n simb贸lica. En primer lugar, las personas pueden utilizar la codificaci贸n simb贸lica, con la que intentan asociar est铆mulos verbales o visuales con el problema. Por ejemplo, podemos crearnos en la mente la imagen de un fumador que tose y est谩 evidentemente enfermo. As铆, cada vez que pensemos en cigarrillos, lo asociaremos con la enfermedad.
Ensayo. En segundo lugar, las personas pueden ensayar mentalmente la soluci贸n al problema. Por ejemplo, podemos imaginar c贸mo nos comportar铆amos en una situaci贸n social sin cigarrillos. Al hacerlo, desarrollamos una autoimagen de c贸mo ser铆a en la condici贸n deseada.
Autoconversaci贸n. Por 煤ltimo, las personas pueden darse a s铆 mismas "charlas de 谩nimo" para continuar con su comportamiento positivo. La investigaci贸n conductual ha demostrado que las personas que tienen una visi贸n negativa de las cosas ("No puedo hacerlo") tienden a fracasar m谩s que las que tienen una visi贸n m谩s positiva ("S铆, puedo hacerlo"). As铆 pues, a trav茅s de la autoconversaci贸n, podemos convencernos de que el resultado deseado es realmente posible.
Dilemas de comportamiento. Obviamente, la autogesti贸n se utiliza casi exclusivamente para conseguir que la gente haga cosas que pueden ser poco atractivas; necesitamos pocos incentivos para hacer cosas que son divertidas. Por lo tanto, utilizamos la autogesti贸n para conseguir que los individuos dejen de procrastinar un trabajo, atiendan a un trabajo que puede carecer de desaf铆o, se hagan valer, etc茅tera. Estos son los "dilemas de comportamiento" a los que se refiere el modelo (ilustraci贸n 4.11). En resumen, el reto consiste en conseguir que las personas sustituyan lo que se han denominado comportamientos de baja probabilidad (por ejemplo, cumplir un horario o renunciar a la gratificaci贸n inmediata de un cigarrillo) por comportamientos de alta probabilidad (por ejemplo, dejar las cosas para m谩s tarde o contraer c谩ncer de pulm贸n). A largo plazo, es mejor para el individuo -y para su carrera- cambiar de comportamiento, porque no hacerlo puede acarrear un castigo o algo peor. En consecuencia, las personas suelen recurrir a la autogesti贸n para cambiar sus comportamientos disfuncionales a corto plazo por otros beneficiosos a largo plazo. Este conflicto entre el corto plazo y el largo plazo se conoce como dilema conductual.

Autorrefuerzo. Por 煤ltimo, el individuo puede reforzarse a s铆 mismo. Las personas pueden, en efecto, darse una palmadita en la espalda y reconocer que han logrado lo que se hab铆an propuesto. Seg煤n Bandura, el autorrefuerzo requiere tres condiciones para ser eficaz: (1) deben fijarse normas de rendimiento claras para establecer tanto la cantidad como la calidad de la conducta objetivo, (2) la persona debe tener control sobre los reforzadores deseados, y (3) los reforzadores deben administrarse s贸lo de forma condicional, es decir, el incumplimiento de la norma de rendimiento debe llevar a la negaci贸n de la recompensa.21 Por lo tanto, a trav茅s de un proceso de trabajo para cambiar el entorno y hacerse cargo de la propia conducta, las t茅cnicas de autocontrol permiten a las personas mejorar su comportamiento de una forma que puede ayudarles a ellos y a los que les rodean.

Reducir el absentismo mediante la autogesti贸n
En un estudio reciente, se intent贸 reducir el absentismo laboral utilizando algunas de las t茅cnicas de autogesti贸n conductual. Los empleados eran funcionarios estatales sindicados con un historial de absentismo. Se imparti贸 formaci贸n en autogesti贸n a estos trabajadores. La formaci贸n se llev贸 a cabo en ocho sesiones de una hora para cada grupo, junto con ocho sesiones individuales de 30 minutos con cada participante.

En estas sesiones se trat贸 de (1) ense帽ar a los participantes a describir comportamientos problem谩ticos (por ejemplo, desacuerdos con compa帽eros de trabajo) que conduc铆an a ausencias, (2) identificar las causas que creaban y manten铆an los comportamientos, y (3) desarrollar estrategias de afrontamiento. Los participantes establecieron objetivos a corto y largo plazo con respecto a la modificaci贸n de sus comportamientos. Adem谩s, se les ense帽贸 a registrar sus propias ausencias en informes que inclu铆an su frecuencia y los motivos y consecuencias de las mismas. Por 煤ltimo, los participantes identificaron posibles refuerzos y castigos que podr铆an autoadministrarse en funci贸n de la consecuci贸n o el fracaso de los objetivos.

Cuando, al cabo de nueve meses, concluy贸 el estudio, los resultados mostraron que el enfoque de autogesti贸n hab铆a dado lugar a una reducci贸n significativa de las ausencias (en comparaci贸n con un grupo de control). Los investigadores concluyeron que dicho enfoque tiene importantes aplicaciones a una amplia gama de problemas de comportamiento en el lugar de trabajo.22